5 razones para usar gafas de sol en invierno

¿Sabías que la exposición prolongada a los rayos UV del sol puede afectar tu salud ocular? Un hábito sencillo para proteger tu salud visual es usar gafas de sol siempre que salgas. ¿Sabías que las gafas de sol deben usarse los 365 días del año, no solo en verano? ¡Sí, incluso cuando no brilla el sol!

Aunque parezca contradictorio, cada vez hay más evidencia que respalda el uso diario de gafas de sol para proteger los ojos de los dañinos rayos UV. Años de exposición a los rayos UV pueden provocar enfermedades como cataratas y degeneración macular, que causan mala visión, e incluso cáncer en los ojos o alrededor de ellos.

Aquí hay 5 razones para usar gafas de sol todos los días en invierno y durante todo el año.

  • Reducir el deslumbramiento

El deslumbramiento se produce cuando la luz solar intensa incide sobre los ojos y obstruye la visión, generalmente al amanecer y al atardecer. De hecho, el deslumbramiento es mucho peor en invierno. Las lluvias y las heladas son frecuentes en invierno, lo que puede crear reflejos superficiales que afectan la visión. Unas gafas de sol de alta calidad pueden reducir significativamente el deslumbramiento y proporcionar una visión más segura y cómoda. Las lentes polarizadas son especialmente eficaces para proteger los ojos de los reflejos peligrosos.

  • Proteger contra los dañinos rayos UV

El sol de invierno puede sentirse menos intenso, pero sus dañinos rayos UV siguen presentes. Cuando el sol brilla sobre la nieve, el problema se complica. Quizás ya sepas que los rayos UVA y UVB son dos tipos de radiación ultravioleta (UV) del sol que pueden dañar la piel. La exposición prolongada a los rayos UVB también puede aumentar el riesgo de desarrollar problemas oculares. La buena noticia es que tus gafas de sol son perfectas para bloquear estos dañinos rayos UV y proteger tus ojos de los rayos del sol. Usar gafas de sol en invierno también puede ayudar a prevenir las arrugas en la delicada piel del contorno de ojos.

  • Mantener alejados el viento, el polvo y los escombros.

Pueden causar molestias oculares con el viento invernal. La sequedad ocular, el lagrimeo y la irritación ocular general son molestias comunes en invierno. Cuando el aire frío toca nuestros ojos, estos forman lágrimas reactivas; más lágrimas cuando los ojos están irritados. La película lagrimal frente a los ojos se evapora rápidamente con el viento racheado, dejando los ojos secos e incómodos. Las gafas de sol ayudan a mantener la vista cómoda al crear una barrera eficaz contra el viento que reduce la evaporación de la humedad natural y también previene las abrasiones corneales causadas por las partículas arrastradas por el viento. Algunas lentes, como las MRYLenses, incluso tienen un recubrimiento hidrofóbico especial. Este recubrimiento es resistente al polvo, al agua, a la grasa, a las huellas dactilares y a las lociones, lo que ayuda a mantener los ojos seguros y una visión sin vetas.

  • Ayuda con la fatiga visual

La pupila controla la cantidad de luz que llega a la retina, sensible a la luz, en la parte posterior del ojo. Con poca luz, la pupila se dilata para dejar entrar la mayor cantidad de luz posible. Cuando la luz es brillante, la pupila se contrae para evitar que llegue demasiada luz a la retina. La retina, en la parte posterior del ojo, es sensible a la luz, y la pupila no puede contraerse lo suficiente como para reducir la exposición a la luz solar invernal extremadamente intensa o a la nieve intensa. Esto puede provocar que entrecierre los ojos, lo que provoca fatiga visual e incluso dolores de cabeza. Las gafas de sol le ayudarán a reducir considerablemente la cantidad de luz que llega a sus ojos. Una opción especialmente eficaz son las lentes fotocromáticas: lentes que se oscurecen automáticamente al exponerse a la luz solar intensa o al reflejarse.

  • Prevenir la ceguera de la nieve

Hay una razón por la que entrecierras los ojos bajo la luz solar intensa. Tus ojos piden protección contra el resplandor de la luz ultravioleta (UV). Pero con los rayos del sol potenciados por el reflejo de la nieve, el agua o la arena, tus ojos pueden quemarse si olvidas usar gafas de sol con protección UV. La ceguera de la nieve (llamada fotoqueratitis) ocurre cuando los ojos se sobreexponen a la luz UV y se queman.

La ceguera de la nieve es controlable a corto plazo; sin embargo, a largo plazo, aumenta el daño acumulativo causado por los rayos solares. Esto puede provocar enfermedades oculares más graves, como cataratas, que pueden verse aceleradas por la exposición prolongada al sol. Prevenir la exposición de los ojos al sol es sencillo: use lentes de sol con protección UV de calidad.

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